El pasado sábado dimos continuidad al Tejido Comunitario Por la Vida, una propuesta de trabajo colaborativo y de fortalecimiento de nuestros procesos comunitarios que nombramos “Narrativas Comunitarias, los colores de la solidaridad”. Allí participaron alrededor de 40 niños y niñas del sector de Niquitao: niñez vulnerable a todo tipo de violencias y entre quienes se encuentran migrantes venezolanos y desplazados indígenas Emberá de Urrao y del Chocó. Así mismo participaron los niños de la Corporación Hogar, quienes se encuentran en restitución de derechos.

La actividad estaba enmarcada en la temática del apoyo mutuo y la solidaridad. Por ello comenzamos la jornada con un trabajo pedagógico auditivo, haciendo una analogía con las hormigas y sus hormigueros, que trabajan colaborativamente, y relacionándolo con valores humanos como la solidaridad. En las horas de la tarde nos acompañó la cuentera infantil Colorina y tuvimos diversas estaciones de juegos populares y didácticos, y talleres para disfrutar; simultáneamente se estaba pintando el mural de la cuadra.
Fue una tarde de disfrute comunitario, color, amistad y solidaridad. Agradecemos infinitamente a las compañeras y compañeros de FECISLA y Robledo Venga Parchemos por tejer con nosotres esta propuesta, y al colectivo muralista Buena Siembra que dejaron una semilla en el centro de la ciudad.




